Saltar al contenido

MASKS

Todos hemos construido una máscara de felicidad,
optimismo y «estar siempre bien» que nos ayudaba a
huir de las emociones que más tememos como el dolor,
la angustia, la tristeza… 

 El problema es que “Cuando llevas una máscara tanto
tiempo, te olvidas de quién eras debajo de ella” 

 Y tú ¿Qué máscaras llevas?

El huir de las emociones conlleva medicar, acallar o
contener con el único objetivo de que pasen rápido y
estemos siempre felices y contentos; permitiéndonos
enamorarnos, disfrutar, vivir…

Al principio creemos que todo está bien, pero no es
del todo así. 

Esto nos obliga a llevar una máscara…
¿Hacia dónde vamos?

Consumidos por el dolor, la angustia y la tristeza.

Sabemos lo que estamos escondiendo, pero no
queremos sacarlo. Nos escondemos de nuestros
miedos, nuestras debilidades.

La máscara es cada vez más difícil de sobrellevar.
Reímos por fuera, lloramos por dentro…
¿Estamos bien?

Esta falta de identidad nos carcome. 

No existe el vacío, porque lo vacío puede llenarse.
Aquí existe simplemente una pérdida, un borrado. Y
lo perdido no puede rellenarse, no puede sustituirse,
debe construirse.

La máscara ya está implantada en nuestro ser.
Estamos rotos…
¿Quién soy? ¿Quién era?